La imputación de la infanta, otro escándalo que debilita al rey al frente de la casa real

  • Algunos expertos plantean que doña Cristina renuncie a sus derechos sucesorios para no dañar más a la institución.
  • No creen que su imputación motive la abdicación de don Juan Carlos.
  • Torres del Moral, catedrático en Derecho Constitucional, aboga por separar ambas cosas para que no parezca que el rey asume cierta responsabilidad en el caso.
  • Consideran que el príncipe está logrando mantenerse al margen y que logrará aumentar el prestigio de la corona cuando suba al trono.
  • La Casa del Rey expresa su "sorpresa" por la imputación de la infanta Cristina.

La imputación de la infanta Cristina en el 'caso Nóos' supone un nuevo empujón de la casa real hacia un precipicio al que se va acercando escándalo tras escándalo desde hace algo más de un año, cuando Iñaki Urdangarin fue imputado. La situación de la hija del rey deja aún más tocada la imagen de don Juan Carlos y también salpica a la institución. Para intentar minimizar el golpe, catedráticos consultados consideran que la infanta debería renunciar a sus derechos sucesorios y ven en el príncipe la figura de quien puede devolver prestigio a la corona, aunque no prevén su ascenso al trono como algo cercano.

Lo primero en lo que hacen hincapié los expertos preguntados por este asunto es en que se trata de una imputación. Esta figura no implica que se esté acusado y permite mayores garantías procesales y mejor derecho de defensa que cuando se acude como testigo. Apuntado esto, la imputación se produce cuando han aparecido indicios que podrían vincular a la persona con algún delito. "La monarquía es una forma política sutil que se basa en la adhesión un tanto emocional a una familia que por tradición tiene monopolizada la jefatura del Estado y esa familia debe ser impoluta y no tener ningún problema con la justicia", asegura Antonio Torres del Moral, catedrático de Derecho Constitucional de la UNED.

La casa real ha esgrimido durante este tiempo el argumento del llamado "núcleo central" de la familia real, compuesto por los reyes y los príncipes, de manera que en los actos oficiales de relevancia ellos ocupan los puestos protocolarios, sin las infantas. Es algo que se vio por vez primera en el desfile y la posterior recepción del Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional, el pasado 12 de octubre. La infanta Elena estuvo presente, pero no en los lugares reservados tradicionalmente para la familia real. La infanta Cristina no ha asistido en el último año a ningún acto oficial, a diferencia de su hermana, por lo que su imputación no tendrá mayor repercusión en la agenda institucional.

Torres del Moral sin embargo va más allá de la mera agenda. "Si un miembro con derechos sucesorios está imputado, la dinastía se resiente porque esta familia deja de ser la familia ejemplar en la que nos miramos todos", insiste. Hecho este planteamiento, es de los que señala que la infanta debería tomar la decisión de renunciar a esos derechos sucesorios y retirarse a su vida privada, opinión que comparte Ángel Bahamonde Magro, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III. No es una medida que tenga efectos prácticos, porque se sitúa en séptimo lugar en la línea sucesoria, pero contribuiría a lavar la imagen de la monarquía.

Desde la institución se ha insistido en los últimos meses en que nadie de la casa ni de la familia real había presionado o intentado convencer a doña Cristina para que renunciara de algún modo a sus derechos o estatus ni para que se divorciara, tal y como apuntaban rumores recogidos por los medios. Ambos catedráticos creen que empeñarse en mantener su posición protocolaria supondría un daño mayor al ya causado.

El príncipe mantiene intacta su imagen

La corona está tocada pero hasta el momento el heredero es quien mejor ha conseguido mantenerse a salvo del temporal. A don Juan Carlos, además del 'caso Nóos', le han salpicado hechos como el polémico viaje a Botsuana para cazar en el que se rompió la cadera, su relación con la aristócrata alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein o las recientes informaciones sobre supuestas cuentas en Suiza. A ello se unen sus problemas de salud, que le han llevado a pasar por el quirófano cuatro veces en menos de un año. El príncipe Felipe, sin embargo, no se ha visto envuelto en escándalos. Las bajas médicas de su padre, la última en la actualidad, le están llevando tener cada vez más presencia. Aunque inicialmente se habló de que esta baja sería de entre dos y seis meses, algunas fuentes han confirmado a 20minutos.es que podría extenderse hasta diciembre.

"Si se produce una sucesión normalizada y el príncipe, ya como rey, lo hace decorosamente, la opinión pública sabrá apreciar un reinado correcto. Esta situación [en referencia a la imputación de la infanta] no tiene por qué repercutir sobre el nuevo rey durante mucho tiempo", avanza el catedrático en Derecho Constitucional. Torres del Moral no cree sin embargo que sea el momento de la abdicación. En caso de plantearse, comenta que "debería ponerse tiempo de por medio entre una cosa y la otra para que no parezca que el rey asume cierta responsabilidad" sobre el caso. Acerca de una inhabilitación médica temporal que desemboque en una regencia durante la baja actual del jefe del Estado, cree que en la actualidad podría entenderse y estar justificado por las intervenciones a las que ha sido sometido. El catedrático valora que no sería una mala solución alargar esa regencia, porque así don Juan Carlos moriría siendo rey, pero igualmente no cree que sea el momento de hacerlo.

Bahamonde Magro tampoco cree que esto vaya a acelerar una posible renuncia a favor del príncipe. "Es aventurado plantear esa hipótesis pero probablemente en un futuro próximo habría que pensar en ello", comenta. "Para mayor consolidación de la institución, antes o después, la mejor salida es el príncipe Felipe porque tiene el prestigio intacto". En lo que no coincide es en que la regencia sea posible  —"son palabras mayores y es muy complicado desde un punto de vista constitucional", argumenta— y agrega que, siendo el heredero mayor de edad, sería más factible la abdicación. Ese un hecho que se vive con naturalidad en otras monarquías. Recientemente, la reina Beatriz de Holanda ha anunciado que deja el trono en manos de su hijo, el príncipe Guillermo. La reina holandesa tiene 75 años, la misma edad que don Juan Carlos, y el príncipe Guillermo, 45, los mismos que don Felipe.

En España el debate está abierto pero en febrero la casa real salía al paso de los rumores y especulaciones y afirmaba que el rey no se ha planteado en ningún momento la posibilidad de abdicar ni tiene previsto hacerlo. Mes y medio antes había sido el propio monarca el que había hablado del tema, durante la entrevista que concedió a Jesús Hermida y que emitió Televisión Española. "Estoy en buena forma, con energía e ilusión para afrontar los retos que nos quedan por delante y lograr el mayor consenso", sentenció. El debate sucesorio quedaba así aplazado.

Araceli Guede
Redactora '20minutos'

Licenciada en Periodismo por la Universidad Europea de Madrid, estudié después el Máster de Periodismo de El País. En 20minutos desde marzo de 2013, donde desde 2023 realizo labores de coordinadora de la web y portadista. Apasionada de los temas sociales (relacionados con educación, sanidad, inmigración o igualdad) y de denuncia, en 2022 recibí el Premio de Periodismo de la Fundación Grünenthal, en la categoría de Abordaje del dolor infantil.

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